Un triángulo vicioso.

Amparo Ochoa populariza esta canción que habla un poco de locura, esclavos y poderosos, todo un triángulo vicioso. El negro Manuel está loco porque es esclavo y quiere dejar de serlo, dentro de su locura imagina que es mayordomo y puede ordenar y maltratar a los que son como él: esclavos. Entonces me pregunto yo ¿Para qué se quiere ser libre? ¿Para esclavizar una vez  libres a otros más débiles? 
La historia nunca  cambia, la búsqueda insaciable por apoderarse de los demás nos ha llevado a olvidarnos de nuestra condición de humanos/hermanos. 
Partiendo desde la historia del mundo hispánico tenemos a los moros que entraron a España, los nativos buscaron librarse de ellos, y hubo guerras por la reconquista de su territorio y muchos muertos, pero lo lograron, los españoles sacaron sin pena y con esfuerzo a los invasores. Mas parece que se olvidaron de sus propios acontecimientos, de sus cicatrices, pues con el descubrimiento del Nuevo Mundo se convirtieron ellos en invasores, asesinos con sed de riquezas y poder. 
Muchos siglos pasaron para que América determinara librarse de los pretorianos, se consiguió con luchas armadas, con más sangre derramada. Y una vez que fuimos libres tampoco hicimos nada por cambiar el curso de la historia, lo que está en la naturaleza del ser humano: guerra y poder. La lucha por ser el más fuerte, por mandar sobre otros, siguió y sigue vigente. Ahora nosotros marginamos al propio pueblo, nos olvidamos de los que son como uno… Y como los españoles, también nos hemos olvidado de las cicatrices que nos dolieron cuando fueron heridas, sin embargo ellas ahí están, quizá un poco maquilladas, quizá inadvertidas, ¿O será simplemente que no las queremos ver? ¿Será que nos conviene ignorarlas? Pero, ¿Vale la pena olvidar lo que somos por ser quienes en algún momento odiamos? Las preguntas quedan en el aire, las respuestas las tienen ustedes… Disfruten la canción y medítenla.

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