Un estudiante de primer año de letras hispánicas, que tras pasar toda la noche terminando uno de sus múltiples trabajos finales se quedó dormido. Despertó a las tres de la mañana, revisó rápidamente si algo le faltaba a su trabajo, encontró contento que solo debía enviarlo al correo de su maestro. Para este fin abrió la página del explorador para ir a su correo, entonces apareció una ventana de chat (de esas incluidas ahora en cierta página de correo caliente) donde le hablaba un personaje extraño que tenía como nombre W.W.
W.W dice: Hola
Carlos dice: ¡Hola! ¿Quién eres?
W.W. dice: Yo soy Walt Whitman…
Un cosmos ¡Miradme!
El hijo de Manhattan.
Turbulento, fuerte y sensual;
Como, bebo y engendro…
No soy sentimental
Ni por encima, ni separado de nadie
Ni orgulloso ni humilde.
Carlos dice: Amm… Sí… pues yo soy Carlos… no puedo verte considerando que ni si quiera tienes una foto que mostrar… soy del D.F., ¨bebo¨ con frecuencia, ¨como¨ lo que me encuentro, espero nunca engendrar salen caros los hijos ¿Por qué me dices que eres sentimental? ¿Eres gay? No le tiro a ese lado disculpa… pero seamos amigos ¿Y a qué te dedicas Walt?
W.W. dice:… Yo soy el gran catador de vida,
El que la gusta y acaricia incansable donde quiera que se mueva
Ya marche hacia atrás o hacia adelante.
Me inclino ante los altares humildes y olvidados
Y no desdeño a nada y a nadie.
Carlos dice: Amigo hablas algo raro ¿Te dedicas a qué?
W.W. dice: Soy el poeta del cuerpo
Y el poeta del alma.
Carlos dice: Ahhh… ahora me explico tu lenguaje… yo estudio letras pero soy pésimo con la poesía… ¿Y cuántos años tienes Walt?
W.W. dice: Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
Comienzo a cantar hoy
Y no terminaré mi canto hasta que me muera.
Carlos dice: Yo tengo veintidós y estas últimas semanas he estado al borde del suicidio por tantos trabajos finales que han dejado mis maestros. Justo ahora enviaría un trabajo sobre los juglares de la edad media, supongo que los conoces.
W.W. dice: He oído a unos juglares que hablan del comienzo
Y del fin
Pero yo no hablo del comienzo y del fin.
Nunca ha habido otro comienzo que éste de ahora,
Ni más juventud que ésta
Ni más vejez que ésta;
Y nunca habrá más perfección que la que tenemos
Ni más cielo
Ni más infierno que éste de ahora.
Carlos dice: Quizá tengas razón… tener que hacer tres trabajos y cuatro exámenes para el mismo día quizá sean peor que el infierno… ¡Es verdad! Debo escribir un poema sobre algo que me haga feliz…pero no es un placer para mi… ¿podrías explicarme cómo logras escribir tanto verso?
W.W. dice: De mi surge la inspiración:
Y lo corriente y lo vulgar.
Yo digo la palabra mágica y primera
Y doy el santo y seña de la democracia…
De mi garganta salen voces largo tiempo calladas,
Voces de largas generaciones de prisiones y de esclavos
Voces de ciclos de preparación y crecimiento…
Yo no me tapo la boca
Ni pongo el índice sobre los labios.
Carlos dice: Ahh… entonces debo escribir lo primero que se me venga a la cabeza, quizá no es tan difícil ese arte de decir cosas bonitas y rimadas…
W.W. dice: ¡Basta ya… Basta, basta! (…)
Estoy aturdido… déjame,
Dejad que me rehaga,
Que vuelva de mi sopor,
De mi delirio, de mi agonía…
Esto es un error
.
Carlos dice: Disculpa… no quería ofender tu profesión… solo es que yo no comprendo de dónde pueden plasmar tanta imagen perfecta, en tan pocas palabras (o muchas en su caso) ¡Y con un rimado perfecto! Me confunde tanta regla que un buen poema necesita para nacer…
W.W. dice: ¿Para qué habéis aprendido a leer si no sabéis ya
Interpretar mis poemas?
Quédate hoy conmigo,
Vive conmigo un día y una noche
Y te mostraré el origen de todos los poemas.
Tendrás entonces todo cuando hay de grande en la
Tierra y en el Sol (…)
Y nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera
Mano,
Ni mirarás más por los ojos de los muertos,
Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos
Ni tomarás las cosas de mis manos.
Aprenderás a escuchar en todas direcciones
Y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser.
Carlos dice: ¿¡Un día y una noche frente a la computadora para aprender de poesía!? Bueno… creo que he dormido dos horas… lo suficiente para vivir un día… está bien, si tu plática me ayuda a terminar mi trabajo así como hacerme amar la poesía, acepto.
W.W. dice: Mi voz llega hasta donde mis ojos no alcanzan
Y con el giro de mi lengua lazo mundos y nebulosas de mundos.
Mi discurso no es más que el hermano menor de mis sueños,
Va de la mano de mi visión.
Solo no puede medirse, me provoca sin cesar y me dice sarcástico:
<<ya tienes bastante, Walt… ¿por qué no te conformas?>>
¡Cállate, necio… cállate!
(…) Porque mi sabiduría, que son las partes vivas de mi ser,
Se armoniza con el significado de todas las cosas: la alegría (quien quiera que me oiga, él o ella, que salga a buscarla ahora mismo).
Carlos dice: Entonces la misma realidad es la que te inspira a escribir, pero todo lo que pasa por tus ojos será juzgado también y entiendo que escribiendo puedes dejar parte de tu ser, como prueba de que estas vivo y con ella elevar tu voz a todos aquellos quienes quieran escucharte. Mas qué imágenes son lo suficientemente hermosas para que sean dignas de ser plasmadas en letras.
W.W. dice: Todo lo observo,
Todo lo anoto,
Todo este espectáculo con su resonancia me interesa,
Me mezclo en él…
Y luego me voy.
Carlos dice: Ciertamente ya me habías dicho que no discriminabas a nada ni a nadie.
W.W. dice: No digo las cosas por un dólar,
Ni para matar el tiempo hasta que llegue el barco.
Digo tu discurso y hablo con tu lengua que, amarrada
En tu boca, comienza en la mía a desatarse (…)
Si quieres entenderme, ven a las sierras y a las playas abiertas.
La mosca que se posa en tu frente es ya una
Explicación;
Y una gota de agua
Y el movimiento de las olas… una clave.
La mandarria,
El remo,
Y el serrucho
Secundan mis palabras.
Carlos dice: ¡Toda la naturaleza es bella! Mas ¿en qué tiempo debo situarme para escribir poesía?
W.W. dice: El pasado y el presente se marchitan.
Yo los he llenado y los he vaciado a los dos
Y prosigo llenando lo que me espera en el futuro.
Carlos dice: Me parece interesante tu postura de intentar llenar el futuro, a mí a veces me parece tan lejano, el pasado me agobia y el presente es demasiado estresante. Oh amigo Walt cómo encuentras tanta belleza hasta en algo tan incierto como el tiempo. Deseo escribir tan bien como tú, qué bueno que puedo aprender contigo esta noche.
W.W. dice: Nadie, ni yo, ni nadie, puede andar este camino por ti,
Tú mismo has de recorrerlo.
No está lejos, está a tu alcance.
Tal vez estás en él sin saberlo, desde que naciste,
Acaso lo encuentres de improviso en la tierra o en el mar.
Carlos dice: Es verdad, no puedo dejar que otro intente hacer mis trabajos, pues éstos son la visión hermosa que llega del mundo y me inspira a plasmarla en una hoja blanca. Yo creía hace poco que la poesía sólo trataba de amor, celos y desamor, pero tú has implantado en mí una visión más amplia hacia dónde debo voltear, ¡la vida es poesía!
W.W. dice: Yo soy el maestro de los atletas.
Aquel de los míos que resuelle más fuerte que yo es
Una prueba de mi resuello.
(tardó varios minutos para volver a poner más escritos)
(…) me haces preguntas y yo te escucho.
Y te digo que no tengo respuesta,
Que la respuesta has de encontrarla tu solo.
(…) pero después que hayas dormido y renovado tus
Vestidos, te besaré, te diré adiós y te abriré la
Puerta para que salgas de nuevo.
(…) Ahora tienes que ser un nadador intrépido.
Mírame confiado
Y arremete contra la ola.
Carlos dice: ¿Estás diciendo que ya he aprendido lo básico para amar la poesía? Y que puedo empezar a
W.W. dice: Si te cansas, dame tu carga y apóyate en mi hombro.
Más tarde harás tú lo mismo por mí…
Porque una vez que partamos ya no podremos detenernos.
Entonces W.W. se desconectó, pasaron tres minutos y Carlos descubrió que ya eran las doce del día, por más que buscó en su historial de conversaciones no encontró pistas de su amigo Walt, buscó internet la información de él y descubrió, con sorpresa, que era un hombre que murió en 1892, mas esto no le causó miedo, sentía en el alma un regocijo que pronto plasmaría en versos.