Machete a la Martín Fierro. Parte 1.

Al hacer la lectura del Martín Fierro de José Hernández me di cuenta de algunas cosas. Este personaje gaucho es salvaje, popular, nos remite a otra realidad y, lo que más llamó mi atención, es violento. Entonces, todas estas características me recordaron al personaje cinematográfico creado por Robert Rodriguez: MACHETE.

Machete, un policía mexicano que pelea contra el narco, pero lo traicionan porque el narco tiene comprada a la policía. Sobrevive a tal traición y en los E.U.A es reclutado por un hombre para que se mate a un senador a favor de ciertas reformas para correr a los inmigrantes de territorio gringo; todo es una estrategia para que el senador sea visto como una víctima en el momento en que falle el atentado y el mexicano sea más satanizado (y Machete tendrá que limpiar  su nombre y hacer un llamado a los mexicanos indocumentados).

Al igual que Martín Fierro, Machete evoca a ser un personaje nacional, alguien que pelea por su «libertad», por llamarlo de alguna manera, y alejarse del «civilizado» que lo quiere someter. Y es raro que en estos momentos surga un personaje como Machete, ya que nadie se atrevería a enfrentarse contra el narco y los gringos, a machete limpio, y reclamar la tierra que le pertenece por derecho propio. Ambos nos dicen: no importa qué tan salvajes tengas que volverte, pero reclama lo que es tuyo. Ambos son personajes románticos.

Sí, está bien, en Argentina primero se querían deshacer de los gauchos por salvajes, luego se ridiculizaron por ser ignorantes, y ya desaparecidos, se les añoró y éste último es el origen del personaje de Hernández, ese personaje nunca fue real, pero ¡qué bueno sería si sucediera eso! Y aceptémoslo, tampoco Machete existe, y sí que nos gustaría alguien que se chingara a los gringos y al narco, ambos que tienen invadidos nuestro país.

Y así como el personaje literario Martín Fierro tiene ya su película, yo me pregunté: ¿por qué el personaje cinematográfico no puede tener su texto literario? Por lo tanto, decidí hacer un poema a la Martín Fierro sobre el héroe mexicano Machete, misma métrica y también tratando de evocar la oralidad. Para no olvidar todo esto que ya dije, decidí poner la primer estrofa de José Hernández al principio que aparece en cursivas.

La película del Martín Fierro la pueden ver por internet (píquenle en la imagen de la película y los llevará al video). La película de Machete es muy accesible, la pueden conseguir fácilmente en cualquier puesto de películas pirata, o si no les gusta eso de la piratería, también está disponible en el blockbuster (o la red, claro está).

Aclaro: las diez estrofas propias no cuentan toda la historia de Machete, sino solo el principio. Mi objetivo es, cada que pueda, ir subiendo las partes restantes del poema hasta terminar. (Hay que crear interés en los lectores).

Sin más qué decir por el momento, los dejo con el poema.

Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena estraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.

Cantaré sobre un cabrón
del cual su nombre es Machete
que se chinga a los ojetes.
De orígenes mexicanos
protege a nuestros paisanos
del pinche gringo zoquete.

Machete era un federal
que en su México vivía,
vencer a Torrez quería,
un muy poderoso narco
que al otro lado del charco
droga pasaba e influía.

Con su arma, tal machetote,
mató a muchos ayudantes
del Capo. Mas, desde antes,
le negaron ir por Torrez,
«aún no lo despedorres,
ve por refuerzos faltantes».

Y Machete, pinche necio,
fue detrás de su enemigo
sin saber que sus amigos,
la poli, a varo y traición
jugarían. De traición
esposa e hija son testigos.

El morir decapitado
parecía su futuro
pero quemaron los muros
con el mexicano dentro
y tuvo un buen desencuentro
con la Muerte. Está seguro.

Ahora gracias a RED
en los unaites trabaja
con una paga muy baja,
ya sea de jardinero
ya sea de buen obrero.
De la vida se relaja.

Un gringo aborda a Machete
y me lo trepa a su nave:
«mi paga ës cuando acabe,
cien por techos, aguas negras
ciento veinticinco, grass
setenta y cinco, all le cabe.»

Pero el gringo le pregunta
«¿Alguna vez has matado
a alguien?» Machete, admirado,
acompañó al jefe nuevo.
Machete con muchos huevos
oyó al gabacho afamado.

«Nuestro Senador MacLaughlin
está corriendo a tu gente,
es mejor que alguien lo enfrente.
Ciento cincuentamil dólares
efectivo, si aceptares.
Elige arma, esto es urgente.»

El mexicano chingón
elige su arma: primero
francotirador certero
y, asegurando, un machete
para poder dar piquete
si lo atacan un putero.

Ahí va el ex federal
a matar al Senador
sin pensar que su empleador
le tendería una trampa.
Mas para luego la estampa
dejo. El canto es cansador.

¿América tiene o no tiene cicatrices?

3 Respuestas a “Machete a la Martín Fierro. Parte 1.

  1. No amante de la poesía pero me parece internaste tu trabajo, no siempre se encuentran poemas inspirados en las violentas películas de estos días, que geniaal!!!!

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